
28 Sep Errores al iniciar la marcha en vehículos automáticos: una amenaza creciente
Nuevos Riesgos
Introducción
La llegada del cambio automático a nuestras calles ha supuesto un cambio radical en la experiencia de conducción. En tráfico urbano, en situaciones de atasco y para muchos conductores noveles, supone comodidad, sencillez y menos fatiga. Sin embargo, toda ventaja trae consigo también nuevos riesgos. Y estos riesgos aparecen, sobre todo, en aquellos conductores que llevan años conduciendo vehículos de cambio manual y que han automatizado gestos y rutinas que no siempre coinciden con la lógica de los vehículos automáticos.
Casos recientes que necesitan de un estudio y producen cierta alarman
Los errores al seleccionar la marcha adecuada están detrás de varios accidentes graves:
- En Madrid, una conductora atropelló a varias personas a la salida de un colegio al confundir la marcha de su vehículo automático.
- En Bilbao, otra mujer fue atropellada por su propio coche automático al bajarse sin asegurarlo correctamente.
- En Galicia se han producido varios casos en los que un conductor ha seleccionado mal la marcha de su vehículo automático y ha producido un accidente, en uno de ellos arrasado una terraza de una cafetería desde la salida del estacionamiento.
Estos casos evidencian que el problema no es anecdótico, sino estructural.
¿Es lógica la disposición de las marchas?
La mayoría de vehículos automáticos sigue la secuencia P – R – N – D:
- P (Parking): Estacionamiento
- R (Reverse): Marcha atrás
- N (Neutral): Punto muerto
- D (Drive): Conducción hacia adelante
Aquí surge una contradicción importante: los conductores de vehículos manuales han automatizado durante años un mismo gesto —introducir la primera velocidad hacia adelante para iniciar la marcha—. En cambio, en la mayoría de vehículos automáticos, para avanzar hay que colocar la palanca en D, que se consigue moviendo la palanca hacia atrás. Es un movimiento opuesto al aprendido, y esa contradicción explica muchos errores en el inicio de la conducción.
“¿Es natural que para avanzar haya que empujar la palanca hacia atrás y para retroceder moverla hacia adelante? La lógica parece invertida.”

Factores que aumentan el riesgo
- Falta de experiencia con el cambio automático.
- Automatización de procesos por parte de los conductores y Diseños diversos entre marcas, poco intuitivos, lo que confunde al conductor.
- Ausencia de tacto mecánico, como sí tienen los cambios manuales.
- Situaciones de estrés o urgencia que provocan que el conductor realice movimientos mecanizados y automatizados.
- Indisciplina en el uso del pie derecho: muchos conductores levantan completamente el pie del suelo y cambian de posición, lo que facilita errores al no tener suficiente tacto sobre los pedales. La técnica correcta es mantener el talón apoyado y pivotar hacia el freno o el acelerador con control.
Consecuencias de seleccionar mal la marcha
- Evidentemente el más importante es que se puedan producir Accidentes por moverse en la dirección contraria a la deseada de forma brusca e inesperada.
¿Qué se puede hacer?
Para conductores
- Familiarizarse con el nuevo sistema antes de circular.
- Practicar en entornos controlados. Cuidado con la entrega de par de vehículos híbridos y eléctricos.
- Apoyar el talón y evitar movimientos innecesarios del píe, acostumbrarse a iniciar la marcha sin acelerar o utilizando el acelerador adecuadamente como se necesitaba en vehículos de cambio manual.
- Evitar distraerse al arrancar o maniobrar sobre todo debido a esa automatización de procesos que nos puede jugar una mala pasada al realizar una actividad sin mantener la plena atención de lo que estamos haciendo.
Para fabricantes
- Diseños más intuitivos y que respeten la lógica de movimiento y obliguen a cierto uso de un mecanismo de control para iniciar la marcha
- Sistemas de advertencia (acústicos, visuales) al seleccionar la marcha.
- Control sobre el par motor del vehículo en situaciones de maniobras como ya tienen alguna marcas.
- Armonizar sistemas
Un riesgo real
El auge de los vehículos automáticos es imparable, pero su implantación masiva exige un cambio en la formación y la concienciación. La contradicción entre lo que un conductor de manual ha aprendido —primera hacia adelante para avanzar— y lo que exige el automático —palanca hacia atrás para avanzar— no es un detalle menor: es un riesgo real en la seguridad vial.
Mientras no exista un consenso en el diseño más lógico de las palancas y en la forma de enseñar su uso, será fundamental que tanto conductores como fabricantes asuman que estamos ante un problema estructural y no anecdótico. Solo así podremos reducir los accidentes relacionados con un gesto tan simple, pero tan decisivo, como poner en marcha un vehículo.